Todos lo sabemos, saber programar es un superpoder.
Por otro lado, un (buen) desarrollador web es un desarrollador todoterreno. Solamente JavaScript es un lenguaje que abarca cada vez más plataformas y dispositivos. El desarrollo web implica no solo al triángulo de los lenguajes de la web (HTML, CSS y JavaScript), sino a muchas otras disciplinas como la seguridad informática, la accesibilidad, la usabilidad, el diseño, las pruebas (unitarias y de integración), los interfaces de programación (API) y un larguísimo etcétera.
Así que, si un programador es un superhéroe, un desarrollador web es Hulk, la Mujer Maravilla y el Profesor X, todo en uno.